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... se está yendo noviembre...

No hace el frillito que quisiera ni la ciudad se torna gris tornasol como puebla... las cosas van tranquilas... falta mucho y a veces se escapa la fé pero siempre hay rayitos de luz (y sus ojos) que tranquilizan el alma.

Hay muchos bebés en camino y eso también alegra... Luis Emilio está a horas de llegar, Rubén viene en enero y venadito o venadita (aún no se deja ver) a finales de febrero. Dan ganas de hacer muchas cositas para ellos y buscarles libros y canciones...

El proyecto "agenda" está corriendo y espero que no se quede sólo en proyecto.

El fin de semana nos llenaremos de navidad... decoraré mi casa, la oficina y seguramente mi papá también sacará la caja polvosa de adornos que compró el año pasado.

Ya llegamos a los 10 kilos aunque parece que la gente no lo nota porque nadie me ha dicho nada aún... pero ya estrené ropa decente y me siento muy bien y con muchas ganas de seguir con esto.

Viene su cumpleaños y aunque él se empeñe en no querer festejar yo hago lo posible porque sea padrisimo y esté muy apapachado.

Ya viene la FIL y eso también me emociona, aunque no tenga dinero para salir con mil libros, el hecho de ver tanta gente gustosa de la lectura y otros tantos que siguen escribiendo pese a todo, es animoso.

La música siempre me anima... he encontrado algunas cosas que hacían falta y me han regalado otras tantas que llenan de ruido mis días en esta oficina que sin él en el escritorio de a un lado, siempre es más aburrida.

Y ante todo siempre habrá gente dispuesta a darme apoyo con todo y mi amargue... sé que tengo amigos igual que dedos en mi mano... pero con ellos me siento llena.

Y yo acá sigo cantando, buscando trabajo, queriéndolo... deseando llegar a casa y solo recostarme en su pecho...


...ten mi voz, mis hojas de noviembre...