Manual para canallas Roberto G. Castañeda 15 de mayo de 2008 |
Suena la alarma de un banco y nadie se inmuta. Llueve ácido y todos se mojan. Arde la ciudad y no hay quien grite "fuego". Los diarios sólo hablan de ejecutados, de que el presidente no cederá ante el crimen organizado. Y en este país no hay sitio para la esperanza. No se puede confiar en un hombre que no puede gobernar sus propios nervios. Una mujer estrella su auto contra una patrulla. Aquella niña llora porque perdió su muñeca. Los niños juegan a matarse con pistolas de alto calibre en el Xbox. Ese anciano no completa para su medicina. Tu madre está harta del borracho de tu padre. El banco no acepta pretextos. Un desempleado se suicida en la mañana. El metro es un baño sauna. La vida carece de poesía. La muerte recorre el subsuelo. Tus noches son amargas, tus días sofocantes y siempre te sientes tan desorientado. ¿Cómo confiar en el futuro cuando el pasado es un expediente de miserias y tu presente parece un perro callejero? Malditos sean los políticos de traje caro y sonrisas cínicas. Benditas sean las noches que logras conciliar el sueño. Tus deseos nunca son órdenes. Escasean los besos, sobran las vergüenzas, y los abrazos están en peligro de extinción. ¿Hace cuánto que no abrazas a tus hermanos? Madre se queja de que todo está cada día más caro. El carnicero afila su avaricia. Padre odia su trabajo y jura que todos son unos webones. El patrón planea sus próximas vacaciones en Las Vegas. Ya no hay vacantes para los soñadores. Y este país se cae a pedazos. El calor es insoportable. Tus propias pulgas te han abandonado. Tus muchas rabias se están amotinando. Nadie sonríe en el pesero. Nigga vocifera en el estéreo. Y Joaquín Sabina sigue en silencio. El odio va en el asiento trasero. Miras a través de la ventana y una anciana ve pasar a la muerte en bicicleta. Hay mucho por hacer. Y nadie hace nada. Es que este calor apendeja. Te secas el sudor con el dorso de la mano, buscas refugio en la sombra, maldices la falta de suerte y quisieras estar tirado en tu cama. Aunque a este país se lo lleve la chingada. Los periódicos hablan de otro ejecutado en la ciudad de Tijuana. Tan lejos y tan cerca. Mientras más lejos de tu casa y más cerca de tu indiferencia, mucho mejor. Maldito calor. En serio que apendeja.
>>>
canta Joaquín Sabina y todo se confabula para que te deprimas. Hoy dicen los diarios que Café Tacvba triunfó en el extranjero, que los niños son cada vez más gordos, que nadie le ha pegado al Melate, que este año será el más caluroso de la historia, pero nada dice de mí, ni de ti. Las noticias son las mismas cada día. Y no hay novedades en el frente de batalla de los desempleados. Somos un ejército de locos, cada vez hay más bajas, siempre te atacan las dudas, nunca te visitan los triunfos y los amigos sólo llaman cuando necesitan algo. Hay tan poca ilusión en tu mirada, tanto odio en tu alma, que ya te extraña que valga la pena algo. "Hoy dijo la radio que han hallado muerto al niño que yo fui, sigue la voz ronca de Sabina y la tristeza es una amante despechada que siempre tiene reclamos.
>>>
Las calles están atestadas de caras largas, de gestos adustos, de policías corruptos, de burócratas malparados, de estudiantes reprobados y profesionistas manejando taxis. La basura se acumula en las calles, los cines pasan películas horribles, las canciones de moda apestan, los burócratas rechazan solicitudes, las universidades no tienen maestría en desengaños, la imaginación ha caducado y en tu refrigerador habita un jitomate magullado. Aún queda un poco de ternura en la mirada de los niños. Pero nunca tendrás lo suficiente, ni lo necesario. No es que sea pesimista, pero estamos más cerca del abismo que de llegar a la frontera de lo prometido. Lo prometido es deuda. Y la duda siempre te aqueja. Somos expertos en quejas. Maestros en el arte de postergar todo. Y nos han dado doctorado en sentirnos deprimidos. Somos bipolares condenados de antemano. Si he de llegar tarde a todos lados, para que me levanto más temprano. Hoy amanecí más pesimista que de costumbre, serán que Los Piojos siempre tienen razón cuando cantan que "estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado, Tú mismo eres una isla abandonada. Y el sol a plomo sobre la arena te recuerda cuanto añoras la lluvia. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario